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Mika Vatanen

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Mensaje por Mika Vatanen Miér Feb 24, 2010 5:04 pm



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Nombre de personaje: Mika Vatanen.

Fecha de nacimiento: 9 de junio de 1986.

Edad: 24 años.

País de origen: Finlandia.

Localización: Londres, Inglaterra.

Situación laboral: Cuidador de niños.



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Descripción física

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- Cabello: Pelo corto, negro teñido. Su color original es rubio y corto
- Ojos: Expresivos, de color verde intenso.
- Contextura: Bastante Delgado y musculatura casi nula.
- Altura: 1,75 m.
- Ropa: Su ropa suele variar pocas veces, ya que no dispone de dinero suficiente como para permitirse ese tipo de lujos. Su vestimenta, poco conjuntada, está siempre marcada por el color negro, la cual predomina en la misma. Suele llevar muy a menudo un gorro negro en la cabeza del cual nunca se desprende.
- Otros: Piel muy clara, ebúrnea. Le da junto con las ojeras y el gesto cansado un aspecto algo enfermizo. Sus pómulos remarcados crean una cara “cuadriculada” y de gesto duro. Su brazo derecho está tatuado como púas o espinas que le rodearan el brazo. Tiene también por todo el cuerpo pequeños tatuajes.

Descripción psicológica

Psique: Mika es una persona un tanto despistada. Suele olvidarse fácilmente de todo tipo de cosas ya que para él lo más importante son las cosas que para los demás son las cosas de las que lo carece. Por esto mismo, es una persona realmente detallista, pero se le escapan las cosas más importantes. Es un chico un poco tartamudo, dado a su miedo con el trato hacia los demás. Esto seguramente sea culpa de su infancia, como muchas otras cosas más. Piensa que los niños son lo más puro que existe en este mundo; deben ser cuidados y queridos, respetados y criados. Como él dice:

“Los niños son semillas que plantamos en tierra seca; cuidarlas y regarlas para que crezcan fuertes y hermosas es nuestro deber. Debemos de recordar esto ya quelas plantamos en una tierra árida y hostil. Tenemos que enseñarles a crecer entre las espinas de las demás que no supieron hacerlo correctamente; son nuestro legado, y es nuestro deber.”

Aficiones/Manías: Suele entretenerse con todo tipo de cosas y, más que por falta de atención, es porque le interesa divertirse y pasar el tiempo con todo tipo de pasatiempos que maquina con ayuda de lo que encuentra en el entorno; es realmente una persona muy ociosa.
Por las noches, suele acercarse a oscuras a una ventana, mirar el paisaje oscuro y pensar, pensar y analizar cada cosa que se le ocurra. Vive de día, eso está claro, pero dentro de él esconde a un pequeño noctívago, deseoso de bajar por la ventana y adentrarse en la oscuridad de Londres.
Suele quedarse hablando solo muchas veces e, incluso, habla consigo mismo mentalmente, como alguien le estuviera escuchando dentro de su cabeza y pudiera responderle.
Tiene la “pequeña” manía de destruir todo lo que toca. En su bolsillo tiene una pequeña púa con la cual suele rascar o agujerear el mobiliario y el entorno que le rodea. Cuando encuentra objetos que resaltan con respecto a lo demás, no puede evitar juguetear y “trastear” con dichos objetos.

Creencias religiosas: Fue guiado en su juventud por la senda del Cristianismo y de la Iglesia, pero por cosas de la vida, dejó de creer en la institución que representaba a su Dios en la tierra; amigo y padre para él, en el cual se refugiaba en sus momentos de soledad. Cree en Dios y en la palabra de Jesús de Nazareth.

Aspiraciones: No aspira a nada en particular. Sólo seguir su vida y ayudar a los niños en lo que más pueda. Es lo único en lo que se desvive constantemente. ¿Quizá culpa de su infancia? Posiblemente.



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Me pregunto si alguien se acordará de mí; si alguien sabrá de mi existencia cuando yo desaparezca de este mundo. ¿Habrá servido de algo mi trayecto cuando haya dejado atrás esta vida? ¿Permaneceré en los corazones de alguien? ¿O quizá alguien me recuerde por mi forma de ser? Siempre pensando, una y otra vez, sin aparentes motivos.

¿En qué pienso ahora? En mi pasado… no puedo evitar la gran mayoría de las noches recordar el camino recorrido que ha hecho que ahora mismo esté sentado sobre este saliente interior de la ventana. Y como no, son recuerdos de los que intento huir pero, mientras más huyo, más termino por desear recordarlo. Es un dulce veneno.

Hacía frío, eso era así, hacía mucho frio; y no era cosa de los -22º que había afuera, sino el ambiente que reinaba en el salón. Yo me encontraba en una esquina cerca de la única ventana de aquél salón, oscuro a causa de las cortinas que cubrían la ventana. La única luz que proporcionaba algo de visibilidad era la de la televisión, la cual emitía pequeños destellos blanquecinos hacia un cuerpo tendido en un sillón. Si no fuera porque conocía la situación, cualquiera diría que aquella persona estaba muerta. Me levanté con cuidado y caminé hacia el sillón. Al acercarme, un tufo a alcohol y a sudor se apoderó de mis fosas nasales. La vista más cercana, ayudada por la luz de la televisión, me ayudó a ver el cuerpo de una mujer regordeta de unos cuarenta y pico años, rodeada de botellas por todas partes y con el pelo grasoso, recogido en un moño. Era mi madre.
- ¿Qué coño es esto? – Volteé asustado, no me había dado cuenta de que alguien había llegado. Era mi padre. No podía ser peor ya que, si había alguien a quien de verdad temiera, ese era él. Hombre de baja estatura, un tanto gordo, con barba y gesto serio. - ¡Quita estúpido! – Me propinó una patada en las costillas que me envió al suelo y me apartó del sillón. Desde el suelo pude observar cómo mi padre empezaba a pegar puñetazos a mi madre, y como ella se intentaba defender a botellazos. Se escuchaban gritos por doquier y no pude evitar cerrar los ojos mientras me sostenía la cabeza con mis manos, haciéndome un ovillo en la moqueta del suelo.
Recuerdo que cierto día, mi padre me obligó a beber cerveza. Con miedo a su reacción si me negaba, llevé el vaso a mis labios y, cuando iba a pegar un pequeño buche, mi padre llevó su mano y sostuvo el vaso para que no pudiera detenerme. Me bebí medio vaso de aquella amarga y asquerosa bebida. No pude evitar empezar a llorar.

- ¡Dime, ¿por qué lloras?! ¡Dilo ahora! – Intentando responderle, a sabiendas de lo que me esperaba si no obtenía su respuesta de inmediato, empecé a tartamudear. El miedo se apoderó de mi cuerpo y no podía controlar los temblores y, la desesperación que me causaba no poder decirle ni una palabra clara, me llevó a mi desgracia. Esa, junto otras causadas por el mismo motivo, hicieron que mi padre me pegase incontables veces.

Los años pasaban y no vale la pena centrarme en más escenas como esa, ya que se repitieron constantemente hasta el día en que decidí no aguantarlo más. A la edad de dieciséis, hice una mochila con mis efectos personales y salí por la puerta. Bajando las escaleras me encontré con mi padre el cual sólo me dijo en voz baja un “No vuelvas jamás”.

Estuve una semana viviendo en la calle. Tuve suerte de no parecer muy joven para ir a comer a comedores para indigentes. Una de esas mujeres reconoció que era menor de edad y, a pesar de mis varias negaciones, me llevó a su casa. Sólo voy a mencionar dos cosas de ese período y es que, esa mujer me regaló su gorro negro mientras me llevaba a su casa por primera vez y, es algo muy importante para mí. Lo segundo es que me adoptaron y cuidaron de mí hasta que tuve dieciocho años. Les agradezco mucho pero, aún así, siempre fui distante con ella y su esposo. Cuando cumplí la mayoría de edad decidí viajar a Inglaterra. Quería huir del lugar donde había estado desde mi nacimiento y siempre había deseado viajar y ver cosas nuevas.

Llegué a Londres después de gastar todo el dinero que tenía ahorrado para dicho viaje. El primer día estaba ilusionado y lleno de esperanzas pero, pronto descubriría que no iba a ser tan fácil. Tras cinco días vagando por Londres sin dinero para comer y durmiendo en albergues, me había quedado dormido en un banco de un parque cercano al albergue donde me alojaba.

Me desperté con cuidado y, al ver como los niños jugaban cerca de mí en el parque, felices y sonrientes, no pude evitar unas lágrimas mientras intentaba ahogar unos leves sollozos. Una mujer se acercó a mí y me pidió que le acompañara. Mi vestimenta estaba sucia y raída. Mi sorpresa fue aumentando junto con aquella mujer al ver que los niños que jugaban en el parque la seguían por las calles, bajo su mirada atenta.

Sólo he de decir que, esa mujer me ha dado su propia casa como hogar y, tras una breve charla, decidió darme trabajo en su empleo. Una guardería.
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Mika Vatanen Empty Re: Mika Vatanen

Mensaje por Sigel Miér Feb 24, 2010 5:19 pm

La ficha es interesante, completa, y está bien escrita. Más que aceptada ^^ Ya puedes pasarte por el Umbral.
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