Bar de l'Ecu

Un local alargado. Su entrada se encuentra en la esquina de una calle, y su interior es una sala rectangular con la barra a un lado y las mesas en línea por el otro al lado de las ventanas que dan al exterior.
Tiene una buena popularidad entre gente joven por estar situado por las zonas con más centros educativos de París y por sus precios adecuados para ellos.
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Fiora se sentó con pesadez en un taburete en la barra del bar. Odiaba que sus clases aquel día acabaran tan tarde; a lo tonto se habían hecho las tres de la tarde y aún no había almorzado.
Apoyó su gruesa y saturada carpeta negra sobre la barra, y se permitió el lujo de ensimismarse un momento pensando en sus planes y en lo que se llevaría al estómago en aquella comida.

"Lo primero que me pongan delante..." - mascullaba en su fuero interno su lado alocado e impaciente por comer.
Trató de serenarse para poder pensar con más frialdad. Quería ser un poco más selectiva.
Emitió un suspiro de impaciencia por el hambre y miró a la soleada calle del exterior a través de las ventanas del local para distraerse.
Llevaba tiempo frecuentando aquel lugar siempre que necesitaba comer algo entre clases y su casa, pues tenía buenos precios y quedaba justo en medio del camino entre ambos.

- Bueno - se dijo a sí misma, ahora sin prisas por ser atendida, y echó una ojeada al interior de aquella cargada carpeta. Al final de aquel día, no debería quedar nada en su interior. O eso estimaba ella.